Es más pequeño que la yema de un dedo y se puede controlar con un mando vía wireless. Un microchip fabricado por la compañía MicroCHIPS, fundada desde el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), acaba de superar su primer ensayo clínico con personas. Ocho mujeres lo llevaron implantado durante 12 meses, y durante 20 días el dispositivo sustituyó a las inyecciones diarias que debían ponerse contra la osteoporosis que sufren. Aunque lejos de la clínica aún, esta tecnología podría hacer más fácil la terapia de los pacientes crónicos y mejorar la adhesión a los tratamientos.
Este microchip permite subministrar dosis de determinador medicamentos mediante control WIFI. Para poder llevar a cabo este proyecto, dos nuevas tecnologías han sido necesarias. Una relativa en la conservación de las dosis dentro del chip y otra para la liberación controlada de estas. Ambas tecnologías han comprobado ser seguras en los ensayos.