Una de las partes más laboriosas en el desarrollo de software, el proceso de test, tiene ahora otra alternativa para llevarse a cabo. Hablamos del crowd-testing o el testeo de las masas.
Las redes sociales han demostrado su utilidad en los últimos tiempos a la hora de tomar decisiones de negocio y conocer los hábitos de compra y preferencias de los consumidores finales. ¿Por qué no emplear este conocimiento y experiencia universal, que requiere unos costes mínimos para las organizaciones, a la hora de determinar la calidad de las apps en cuanto a su rendimiento y usabilidad?
Así, muchas empresas ya han comenzado a apostar por este paradigma, mucho más simple y realista que la filosofía anterior, que cuenta incluso con proveedores especializados en facilitar el contacto e incluso gestionar directamente las iniciativas de crowd testing. Algunos ejemplos bien conocidos en el mercado son http://www.mob4hire.com/ o http://thecrowd.softwaretestingclub.com/.
Frente a las ventajas que proporciona, también tenemos desventajas como que la aplicación sale a la luz antes de la versión final, que si existen bugs generales habrán muchos informes de error iguales acarreando un problema de tiempo en clasificación o también que no todo el público puede tener el perfil necesario para que estos test sean efectivos.